Un mito bastante conocido es el que dice que el reciclaje de papel salva las selvas y preserva sus recursos naturales. Al contrario de lo que se piensa, la celulosa es obtenida siempre de arboles que fueron anteriormente plantados, por lo tanto la celulosa es un recurso natural renovable. Así vale decir también que el gasto de energía en el proceso de reciclaje de papel es muchas veces mayor a la energía consumida en el proceso de la fabricación de papel con celulosa. Otro aspecto a considerar es que en el proceso de reciclaje de papel se consume mucha agua, y si no se toman los cuidados debidos con el uso, ésta agua puede llegar a convertirse en un liquido altamente contaminante. Una de las mayores dificultades en el proceso de reciclaje ocurre en la etapa de retirar la tinta del papel. Para obtener un resultado de buena calidad existen dos métodos usados comúnmente: El primero consiste en adherir productos químicos durante la fabricación de la pulpa usando grandes cantidades de agua para enjuagar la mezcla y las burbujas de aire producidas en la pulpa, removiendo posteriormente la tinta junto con las demás impureza que flotan en la superficie. El segundo método, que produce un material de peor calidad pero tiene la ventaja que utiliza menos agua, consiste en diluir la tinta en toda la masa de la pulpa. En cualquiera de los dos métodos se debe tener siempre presente el cuidado del medio ambiente. La adecuación de las industrias en este sentido exigirá una inversión mayor